En diferentes artículos y publicaciones, mucho se habla del mantenimiento de las máquinas offset, de la importancia de la solución de fuente, de las mantillas, de las tintas, de los sustratos, pero poco, en realidad, del cuidado y mantenimiento de los rodillos.
Hablar de un rodillo de caucho sintético es algo muy complejo, ya que, desde su fabricación, intervienen una serie de factores y elementos que lo hacen una parte clave en el funcionamiento de la prensa. Comenzando por su fabricación, el proceso inicia con la mezcla de los componentes, a saber, polímero (NBR y EDPM los más comunes hoy en día), agentes vulcanizadores, plastificadores, rellenadores y agentes coadyuvantes, entre otros.
Un rodillo, como tal, está compuesto por un alma de acero o núcleo, espigas y accesorios, y al momento de iniciar su proceso de vulcanización, debe checarse a fin de que esté en óptimas condiciones, ya sea nuevo, de intercambio o de recubrimiento. La superficie que recibe el caucho debe tener químicos especiales que permitan la adherencia a dicha superficie, el proceso de vulcanización debe tener un equilibrio en tiempo, presión atmosférica y calor, básicamente, y, finalmente, su terminado y empaque deben ser lo más cercano posible a la perfección, antes de ser montados en máquina.
No todos los rodillos se comportan de la misma manera una vez montados, ni mucho menos tienen la misma función. Los hay de toma y distribución de tinta, de forma o tintado, y de mojado; cada uno tiene características diferentes en componente, diámetro total y de núcleo, largo de superficie y largo total, así como dureza Shore. Dependiendo de la máquina y el fabricante, estas características varían posición a posición y es de suma importancia saberlo, al momento de solicitar rodillos nuevos para su cambio.
Los manuales de las máquinas nos indican, por lo general, la posición, el material, los diámetros y la tolerancia que deben tener según la carrera de ajuste. Nos indican también la forma y la tolerancia de calibración, pues, dependiendo de la posición, la huella puede variar. Pero lo que no nos indican es cómo darles mantenimiento. Sabemos que debemos usar agua, lavador y solución de fuente, pero ¿qué hay de los químicos especiales para cuidar los rodillos, y la metodología de limpieza para ello?
En el proceso de impresión, los rodillos se contaminan, en términos generales, con residuos de tinta (y por esto se entiende, residuos de los componentes de las tintas), calcio, polvo, caolín, goma, solución de fuente entre otros, que son susceptibles de limpiarse, pero no todo se limpia con un solo producto. Hay partículas contaminantes que son susceptibles de limpieza con agua, lavador, pastas y líquidos especiales. Y más complejo aun, existen pastas de limpieza rápida y profunda para tinta, pastas descalcificadoras, líquidos o pastas especiales para los rodillos del cuerpo de humectación, así como para las placas y mantillas, e inclusive para la carcasa y piso de la máquina.
Otro aspecto importante en el cuidado de los rodillos es la calibración. Poco o nada se sabe que, al momento previo a la colocación de los rodillos en máquina, es recomendable humectarlos levemente con agua y de ser posible no tocarlos con los dedos, sino tratar de usar guantes de tipo cirujano. Esto con el fin de suavizar la tensión superficial del rodillo y no dejar tatuada, en forma permanente, una huella digital, ya que los dedos de la mano por naturaleza contienen grasa corporal. Al momento de calibrar, esto debe hacerse en forma metódica de acuerdo con el manual y lo más suave posible, liberando previamente todos los planos. Un error en el proceso conlleva al daño irreversible del rodillo y forma inmediata. De igual manera sucede si un rodillo dador de agua no se tiene la precaución de humectarse al momento de prender la máquina, este literalmente se quema en segundos.
Existen rodillos que, al momento de su montaje en máquina, cuentan con accesorios por separado, entre ellos los rodamientos. Si no se cuenta con un equipo especial de montaje, el rodillo terminará por vibrar y en el mediano plazo dañará de forma permanente la espiga y posiblemente partes mecánicas de la máquina. Nunca deben reutilizarse rodamientos, ya que estos igualmente dañan la pared de la espiga por su composición de acero. Es preferible cambiar el rodillo y no gastar más en arreglar la máquina.
Asimismo, los rodillos deben almacenarse en condiciones óptimas, alejados de polvo, sol, luces intensas, motores; en sus cajas, suspendidos, antes de ser utilizados, debido a que el menor descuido puede hacer que estos no se puedan trabajar. Por ejemplo, no deben dejarse parados o acostados a pie de máquina por días, ya sea por descuido, negligencia, o exceso de trabajo.
Si queremos imprimir bien, de manera competitiva, con un alto estándar de calidad, debemos observar prácticas de trabajo adecuadas; debemos tener óptimas condiciones de operación, y más aún, tener conciencia de que lo más caro en un taller de impresión, es tener una máquina parada. La capacitación, la metodología y el trabajo en equipo harán que la empresa tenga más y mejores resultados.
Si queremos mejorar, debemos tener muy presente el compromiso con la excelencia.
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Enrique Iturbe Martínez Gerente General Bottcher Sistemas S de RL de CV